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NADIN.MARMOLEJO.NUEVA2020Al revisar el conjunto de trabajos relacionados con el arte que han realizado los artistas de San Andrés, es posible observar que han estado siempre –y lo están actualmente– en una incesante experimentación artística. Buena parte de la producción lograda está mayormente ligada con los ritmos musicales de la idiosincrasia que los contiene. Esta tremenda voluntad cultural se ha abierto camino hasta hoy, contra viento y marea.

El mural ‘Old beautiful San Andrés at day and night’ que orla el frontispicio del aeropuerto local, es un extraordinario ejemplo de un proyecto artístico local, pregnante y de gran aliento, que confirma en suma, lúcida y acertadamente, que la memoria resulta indispensable para preservar y defender los rasgos propios que caracterizan a una colectividad frente a las demás. Este empeño de los artistas isleños denota una clara intención de establecer lazos de solidaridad y de pertenencia.

En el contexto del turismo, es evidente que el arte, destinado a ligar con un público distinto del que habita el territorio, enriquece la visión curiosa del visitante, abre más sus sentidos, y ayuda a comprender el terreno que pisa. El Arte, a su manera, sirve de guía al viajero y contribuye a desvelar cada territorio nuevo. Más aún si esta producción simbólica incluye arte basado en la realidad tangible, formador, del que pueda sentirse orgulloso el artista y satisfecha la curiosidad.

La cultura raizal genera hoy, como resultado de su lucha, gran parte de las motivaciones de los turistas a visitar las islas (antes eran las mercancías del Puerto Libre) y uno de sus elementos representativos es la denominada arquitectura isleña. Empero, la isla dispone hoy de una escasa proporción de edificaciones representativas de este rasgo de su cultura ancestral. Incluso, está ad portas de la desaparición total si no se interviene a tiempo lo poco que queda.

De ahí que obras como la de Aurea Oliveira, una producción de calidad conceptual y material que se inspiró en buena parte en la idea de traer a la memoria esa arquitectura casi perdida, es un puente de comunicación, de relación, de revelación y de placer con propios y extraños.

Ese mural enseña flujos de vida, y sirve de introducción a la historia del archipiélago. Pues, los paseantes pueden encontrar sin dificultad las huellas que dejaran los ancestros del territorio insular en el camino. Además, viste a una desnuda edificación —en permanente actividad—, la actual, para transformarla en una instalación visualmente admirable.

Sin embargo, nunca faltan los peligros. Y ahora esta obra se encuentra atravesada en el camino del progreso arquitectónico moderno. Por eso, resulta tranquilizadora la notificación de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), a través del vicepresidente de estructuración, Jonathan Bernal, en el sentido de que el mural del aeropuerto se conservará. Empero, es necesario estar alerta y vigilar que así se haga.

En lo que a mí respecta, no debería cambiarse de lugar y más bien buscarle un sitial semejante al actual en la nueva terminal para que continúe allí. O habilitar un área especial en la zona de acceso al aeropuerto, con igual o mejor exposición. Pues, se ha convertido en la marca de identidad de la principal puerta de llegada y salida del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

Y debiera suceder a esta contingencia, la tarea de hacer más arte para San Andrés. De esta y mil distintas formas, con la convicción y la probidad mostrada hasta ahora, merecedor de mejor pago y más difusión, y menos dependiente de los caprichos o las subvenciones oficiales.

Aunque no resulte evidente, la gente aprende del arte de una manera más minuciosa que de la naturaleza y el espejo de la realidad. Pues, como pregonan unos y admiten otros, el arte no es sólo una habilidad o un talento, ni está vacío de sentimientos e ideas, mucho menos divorciado de objetivos superiores. Por el arte, la comprensión del mundo ha resultado, afortunadamente, menos difícil para las nuevas generaciones. 

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Este artículo obedece a la opinión del columnista. EL ISLEÑO no responde por los puntos de vista que allí se expresan.

 

Última actualización ( Domingo, 21 de Abril de 2024 06:19 )